Investigadores chinos y estadounidenses han demostrado por primera vez que existe una relación directa entre el cáncer y el estrés. La investigación que lo demuestra se publica en la revista «Nature» y, en ella, se explica cómo las células víctimas del estrés pueden emitir señales que inducen al desarrollo de tumores que afectan a las células sanas vecinas.
El estudio se realizó en moscas de la fruta, si bien los mismos genes y secuencias biológicas implicadas en este proceso se encuentran presentes en los humanos. MALAS Y BUENAS NOTICIASEl máximo responsable de la investigación, el profesor Tian Xu, de la Universidad de Connecticut (EE.UU.), considera el hallazgo «malas noticias», porque «hay una gran variedad de condiciones en la vida diaria que pueden desencadenar el estrés físico y emocional, además de las infecciones y la inflamación». En definitiva, el trabajo demuestra que es más fácil de lo que se pensaba desencadenar un tumor en el organismo, tras constatar que es más probable que las mutaciones se ceben en varias células distintas que en una sola. Por otro lado, la buena noticia es que también identifica una potencial nueva diana para detener el cáncer, si se consigue bloquear el origen de la señal de estrés que reciben las células.
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