Cirujano de profesión, Javier Peña empezó la crianza de caracoles como pasatiempo. Hoy exporta una tonelada al mes de este insumo.
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Médico y empresario que le dio valor agregado a la crianza de caracoles. (Rafael Cornejo)
Javier Peña es un médico cirujano que ha estudiado a los caracoles con la misma precisión y cuidado que sus operaciones requieren. Esa dedicación lo ha llevado al éxito, en medio de un mercado que, años atrás, despertó el entusiasmo de muchos, pero que hoy solo ha dejado a unos cuantos sobrevivientes.
Peña es dueño de la empresa Galeón Cosmética y, en 2005, empezó con la crianza de caracoles, como un pasatiempo. Como él mismo dice “para desestresarme”.
Este doctor-empresario le tomó cariño a los pequeños animalitos y se dedicó a estudiarlos. Se animó por el negocio de la exportación de carne de caracol, pero se dio cuenta en el camino que no era una aventura rentable. En esa época, existían alrededor de 200 personas haciendo lo mismo, las que, después del fracaso, huyeron en estampida.
“Yo seguía criando y pensé que podía hacer algo de emprendimiento con los caracoles. Así que busqué estabilizar la baba del animal para venderla con fines cosméticos. Mi primera exportación fue a España de 200 kilos”, recuerda.
EL PROCESO. Para extraer baba de caracol no es necesario sacrificar al animalito. Primero, se le somete a un proceso de estrés, lo que hace que libere la sustancia de su cuerpo. Eso se hace manualmente: se coloca a los caracoles en agua destilada, de manera que sueltan la baba y se forma una solución gelatinosa.
Ahí no termina la cosa, porque se necesita un cuidadoso proceso de purificación, pues la baba se contamina fácilmente y pierde sus propiedades. Javier Peña aprendió esa técnica en varias capacitaciones que llevó en España.
La exportación del insumo lo obligó a sortear rigurosas certificaciones de calidad en Europa, para poder comercializar su producto. Incluso, probó científicamente los beneficios de la baba de caracol peruana en la piel humana. Todo ello, le dio prestigio internacional a nuestro producto. A la fecha, Galeón Cosmética exporta una tonelada al mes, en promedio, a países como España, Estados Unidos, Arabia, Corea, China y, próximamente, a Venezuela.
APUESTA. Los avances del doctor Peña lo llevaron a darle valor agregado a la baba de caracol, con la producción de cremas, champú, lociones y artículos de cosmética sobre la base de este beneficioso insumo. El empresario está ahora en pleno desarrollo de un ambicioso proyecto: la creación de una propuesta cosmética peruana con 20 activos naturales. Peña está estudiando el café, el cacao, la tuna y el extracto de papa nativa. “Queremos que esta propuesta compita con marcas como Gucci o Chanel”, asegura.
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